La diversidad de la vegetación del oeste cartagenero radica en la variedad de sus ecosistemas interiores y costeros. El Espacio Natural Protegido de la Sierra de La Muela, Cabo Tiñoso y Roldán aúna gran parte de esta diversidad biológica, ya que en sus lindes podemos encontrar más de 488 plantas diferentes, de las que más de 80 corresponden a flora protegida.
En sus montes predominan las especies más propias del bosque mediterráneo, como el pino carrasco y la Sabina Mora o ciprés de Cartagena, así como matorrales del tipo de los espartales, acebuches, romeros, albaidales, esparragueras, jaras o azufaifos. Al pie de Peñas Blancas, junto a la Rambla del Cañar, se encuentra una de las colonias de pino carrasco más importantes de la zona, catalogada como Lugar de Interés Botánico (LIB).
En las laderas más próximas a la costa la vegetación es más escasa, aunque podemos encontrar cornicales, palmito, tomillo, chumbera, esparto o aliaga, e incluso en ocasiones pueden aparecer formaciones de sabina negra y enebro.
Especies endémicas y el peligro de extinción
Entre las especies de flora protegida que crecen en esta zona destaca especialmente el Garbancillo de Tallante (Astragalus nitidiflorus), un endemismo exclusivo del Cabezo Negro de Tallante, ya que habita en suelos volcánicos, con materiales basálticos alcalinos, asociada a cultivos de secano.
Esta leguminosa se creyó extinguida durante muchos años, hasta que en 2004 un biólogo cartagenero la redescubrió. Poco después se inició un programa para garantizar su supervivencia mediante su cultivo y actualmente su población ha aumentado, aunque apenas existen un millar de ejemplares. Podemos conocer su historia en el Aula de Naturaleza de Los Puertos de Santa Bárbara.
También en riesgo extremo de extinción tenemos la Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus carthaginensis), una subespecie gravemente amenazada de la que se han hecho plantaciones experimentales en algunos espacios protegidos de la zona oeste como Peñas Blancas, la Sierra de la Muela, Cabo Tiñoso y Roldán o las Canteras romanas.
Endémica de la Región de Murcia y Almería e igualmente el peligro de extinción es la denominada Varica de San José (Narcissus tortifolius), de la que quedan algunos ejemplares en las inmediaciones de La Azohía.
Otras plantas de especial interés botánico son la ya mencionada Sabina Mora o Ciprés de Cartagena, que podemos contemplar en Roldán; la Manzanilla de Escombreras, que tiene una de sus escasas poblaciones en La Azohía; la flor de Ajo Negro; el Azufaifo, muy raro de encontrar en Europa, o la Siempreviva de Cartagena, exclusiva de estas sierras.
La carencia de agua ha sido determinante para que el tipo de agricultura que se emplea en el oeste cartagenero sea el cultivo de secano. Algarrobos, higueras, almendros, granados y olivos han sido tradicionalmente las especies de árboles predominantes, aunque en los últimos años el aumento de la desertificación en esta zona está provocando la trasformación a regadío de muchas de las tierras de cultivo de secano.
Las esparteras representaron durante décadas una de las principales fuentes de ingresos de las familias de la zona oeste de Cartagena, siendo su época de mayor esplendor el periodo de 1940 a 1960.
El Algarrobo (Ceratonia siliqua) o garrofero, como se lo conoce popularmente, se caracteriza por su gran resistencia a la sequía y sus frutos tienen propiedades nutricionales y antioxidantes, que hacen de él un producto muy empleado en la cocina, especialmente para la elaboración de chocolate.
La Higuera (Ficus carica) es una planta de origen asiático que desde tiempos inmemoriales se encuentra en la cuenca del Mediterráneo. En esta zona suele aparecer de forma diseminada, junto a cauces de ramblas, acequias y otros lugares húmedos. Una de sus particularidades es que da dos frutos, la breva, que se produce normalmente a finales de junio y que suele ser de mayor tamaño y dulzor, y el higo, que brota en septiembre y que, pese a ser más pequeño es más numeroso. Se dice que la caída de sus hojas anuncia la llegada del invierno.
El Almendro es otro de los árboles que pueblan los campos del oeste y su floración se ha convertido ya en un acontecimiento al que asisten cada año cientos de cartageneros y visitantes, alentados por los vecinos que pusieron en marcha el proyecto ‘Cartagena oeste en flor’. A pesar de que el número de almendros ha disminuido de forma significativa, este espectáculo aún puede apreciarse entre finales de enero y febrero en localidades como Molinos Marfagones, Perín, Isla Plana, Campillo de Adentro, La Azohía, Cuesta Blanca o Tallante.
El Olivo tradicional del oeste cartagenero es mayormente empleado para la producción de aceite, aunque en la última década la extensión de terreno dedicado a este cultivo se ha visto reducido a casi la mitad de hectáreas debido a la falta de lluvia y a unos inviernos cada vez más cálidos.
Ejemplares Monumentales
Entre sus muchos valores ecológicos, la zona oeste se caracteriza también por la presencia de numerosos ejemplares de gran porte, muchos de ellos centenarios, que engrosan la lista de árboles monumentales y singulares del municipio.
Algarrobo de Galifa
Con una altura de unos 11 metros y más de 500 años a sus espaldas. Uno de los de mayor envergadura de la Región.
La Gleditsia de Isla Plana
Este árbol monumental supera los 17 metros de alto y los 16 de ancho de copa y podemos verlo desde la carretera de Isla Plana.
El Pitosporo de Canteras
También catalogado como monumental, este magnífico ejemplar puede contemplarse en los terrenos del Centro Ocupacional de Canteras.
El Algarrobo de Satu
Una altura de 5,4 metros, su copa está muy deteriorada y su tronco hueco.
El Ciprés del Inglés
Con casi 13 metros de altura y un grado óptimo de conservación es un ejemplar estupendo.
El cedro de Pozo Agüicas
Este ciprés está también muy bien conservado y se alza a 11 metros de altura.
Se dice que, tanto éste como el del Inglés, fueron plantados en el siglo XIX por los ingenieros ingleses que trabajaban en las minas.
El Palmito de la Cueva Neptuno
Por su gran porte puede ser considerado uno de los ejemplares de palmito más grandes de Europa.
El Olivo de las Escaveas
Con más de 6 metros de altura, lo podemos encontrar en la zona del Pozo de los Palos y su estado de conservación es bueno.
Lentisco en la Rambla del Cañar
Está situado junto a la antigua ermita del Cañar y el manantial. Su diámetro de copa llega a los 13 metros y está en buen estado.
Encina del Collado de la Cruz
Están en bastante buen estado de conservación. Sus dimensiones superan los 3 metros de altura y el diámetro de su copa los 13. Lo podemos ver en Tallante, en el paraje del Collado de la Cruz.
Eucalipto rojo de Perín
Este enorme eucalipto de 24 metros de alto lo encontramos en la plaza de la Marina de Perín y está bien conservado.
Algarrobo del Campillo de Adentro
Catalogado como singular, este garrofero supera los 12 metros de altura y está en buen estado.
Encina de la Rambla del Cañar
Con más de 18 metros de altura, esta encina se encuentra en una finca privada y en buen estado